1. Perder la Confianza
La confianza es básica en todas las relaciones. Es lo único que nos impide firmar contratos para todo, hasta para comprometerse a llegar a cenar. Lo que sucede es que la confianza es tan frágil, que debe de trabajarse constantemente y consume mucho tiempo. La puede derribar todo mundo: el cuñado que platica detalles confidenciales de la empresa con otras personas; el sobrino que hace un negocio y no le informa a los demás; una cuenta bancaria o un coqueteo ocultos estratégicamente por usted.
En este punto, debo decir que los deslices extramaritales afectan tanto a la familia como al negocio. Es una de las fórmulas claves para acabar con la confianza no sólo en la familia, sino también en la empresa familiar. ¿Quiere correr el riesgo?
2. Faltar al Respeto Mutuo
Si cree que los demás le deben el éxito de la empresa a usted por su inteligencia y astucia de negocios, va en buen camino para acabar con el negocio. Sentirse superior a los demás y hacérselos sentir en todo momento, no es buena idea en una gran empresa transnacional, pero mucho menos en una empresa familiar. ¿Cómo se comunican en su empresa familiar? ¿Se mantiene el respeto en el entorno de negocios, así cómo en las discusiones entre parientes?
Ahora, si está decidido a insultar a alguien, hágalo con su familia. No es malo, simplemente envía la señal: para que no la olviden: “Yo soy mejor que ustedes”. Si además acostumbran hablar mal unos de otros; o si discuten agitadamente asuntos de familia, en el trabajo frente a otros empleados, seguramente comenzarán a terminar con lo construido durante años.
3. Ser Inflexibles
En muchas ocasiones, hemos organizado a la empresa y a su estructura sólidamente para resistir los embates del entorno. Pero es tan sólida la estructura que se vuelve inflexible y no tiene la ligereza para cambiar de curso cuando cambian los intereses de los clientes, o las exigencias de los gobiernos, o las condiciones del mercado.
La flexibilidad se puede impedir al creer que unos tienen siempre la razón. “Así lo hizo tu abuelo, así lo hago yo, y así lo tendrás que hacer tú”, es la frase esencial para acabar con la iniciativa. Y es esta falta de iniciativa lo que impedirá ser flexibles y logrará que las ideas dejen de fluir. La empresa familiar se irá asfixiando poco a poco, y no habrá más consideraciones de negocios. Nunca.
4. Dejar de Innovar
Tiene que ver con el punto anterior. Uno de los principales problemas de la empresa familiar es que os participantes en la empresa se instalan en una zona de confort. Los mayores no quieren aprender sobre nuevas tecnologías. Los jóvenes sólo conocen una forma de hacer negocios porque siempre han visto lo mismo. La innovación se hace de lado.
No me refiero sólo a la innovación en materia de computadoras y comunicaciones, sino también en nuevas formas de gestión, diseño de productos. Los mayores no creen que los jóvenes puedan traer nuevas ideas de productos y negocios: “¿Qué pueden saber ellos, si este negocio lo inicié con mis propias manos?”. A su vez, los jóvenes dejan de intentar convencer a los viejos de las ventajas de la tecnología. No se da espacio para experimentar en ningún caso, y la compañía acaba por estancarse en un mismo nivel de ventas, de crecimiento y de innovación. “En esta familia (empresa), se hace lo que yo digo”.
5. Ordeñar para fines personales
Los grandes líderes familiares no saquean la caja del negocio. Pero hay otros que sí. Considerar que la empresa es una entidad únicamente dedicada a genera liquidez para las compras de la casa, es el típico ejemplo de lo que debemos hacer para terminar con la empresa. El primer paso es no dar el paso. No formalice la empresa, siga operando una empresa bajo su misma razón social, para asegurarse de que las utilidades de la empresa irán directamente a sus
Ahora, si la empresa está formalizada, de todos modos puede encontrar medidas para sangrarla en sus flujos de efectivo. Ponga a nombre de la empresa ese automóvil de lujo que tanto ha querido. Compre joyas para su esposa, quien también es socia. Pague ese viajecito para sus hijos a Europa, con el pretexto de ir a buscar inversionistas. Sea creativo, de eso se tratan los negocios. Mientras duren.
6. Confundir a la Familia con el Negocio
No sólo las cuentas bancarias están mezcladas. Los bautizos y cenas de año nuevo se convierten en discusiones de negocios. El yerno se pelea en su casa con la esposa y se desquita con los cuñados en el trabajo. El padre castiga al hijo por un problema familiar, negándole la autorización para un contrato. Y así.
¿Le suena parecido? Es el principio del fin. Aunque se arreglen los problemas en casa, el negocio habrá tenido que sufrir las consecuencias que repercutieron en la empresa. Así no solo tiene que lidiar con clientes morosos y competencia rampante, sino también con
Esto sucede porque no hay reglas claras y por escrito para sistematizar las relaciones de negocios. Puede decidirse a hacerlo. Ahora.
7. No Planear la Sucesión
Aunque más del 92% de las empresas en Aguascalientes son familiares, sólo tres de las 21 instituciones de educación superior ofrecen a sus estudiantes un curso específico que trata sobre la sucesión en empresas familiares (Tecnológico de Monterrey, Universidad Panamericana (Bonaterra) y Universidad Politécnica de Aguascalientes). Será tal vez porque no es suficientemente importante el saber a quién y en qué condiciones vamos a dejar la empresa el día que dejemos la dirección, o el día que dejemos este mundo.
Usted podría hacerse estas preguntas: “¿Cuál de mis hijos va a tomar las riendas del negocio?, ¿qué van a hacer los otros?, ¿qué opinarán los yernos?, ¿hacia donde va a crecer la empresa?, ¿cómo se va a ir profesionalizando?”. Y en función de las respuestas, podría hacer un plan de sucesión que todos convengan y todos respeten.
Pero bueno, también podría ser todo inútil: Usted ya no va a estar. Ya se las arreglarán ellos solos, no son tan tontos. ¿O si?
Las empresas familiares obligan a mantener una sana distancia y a la vez un sano acercamiento entre las relaciones de negocio y las de la familia. Si sigue estas recomendaciones es posible que su familia sobreviva, pero tal vez su empresa no. Así que si tiene una familia disfuncional o una empresa sin liquidez, hágame un favor: No me haga caso.
-/Juan E Sandoval
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